La fauna salvaje y la viabilidad de la ganadería extensiva
La publicación por parte del Ministerio de Agricultura de los datos oficiales de las campañas de saneamiento ganadero de 2012, vienen a confirmar lo que, por desgracia, era y es un hecho conocido y sufrido por los ganaderos de nuestra región: el aumento de la prevalencia de la tuberculosis en las explotaciones de vacuno extensivo. Según el Ministerio, pese a una pequeña evolución favorable a nivel nacional en 2012 con respecto al año anterior (descenso del 3,28 a 3,23 en animales positivos y del 1,33 a 1,31 a nivel de rebaño), los resultados por CCAA son muy dispares.
Entre las que mayor prevalencia de la tuberculosis mantiene, figura por desgracia Extremadura, que ha subido en animales positivos de 3,11 a 3,29 %. Geográficamente la mayor prevalencia en rebaños corresponde a la mitad oeste de España y especialmente al Suroeste. En 2012 todavía quedaban 96 comarcas con prevalencia en rebaños superior al 3 %, según el Ministerio. Respecto a brucelosis bovina los datos son algo mejores, tanto a nivel nacional como en Extremadura, si bien continúa habiendo en nuestra región rebaños (explotaciones), infectados con una prevalencia superior a la media nacional.
El hecho de ser el Suroeste de España el área de mayor incidencia de tuberculosis en la cual coinciden el mayor censo de animales bovinos en explotación extensiva con la presencia de una abundante fauna salvaje, especialmente de caza mayor, nos hace reclamar medidas enérgicas a la Administración para controlar este inexorable avance de la tuberculosis, especialmente en las comarcas con abundante caza mayor (Monfragüe, Sierra de San Pedro, Villuercas, Siberia, etc.). Si no se disminuye drásticamente el censo de animales propagadores y portadores de la enfermedad, nunca se podrá reducir la prevalencia de la misma.
Solicitamos a la Administración mayores facilidades para otorgar permisos de caza y descaste en cualquier tipo de coto, ya que la expansión de estos animales ha llegado ya a comarcas de dehesa, de campiña y de regadío; y no poner continuas trabas administrativas a las solicitudes presentadas.
La positividad de muchas comarcas extremeñas respecto a estas enfermedades ha ocasionado desde el pasado año la obligatoriedad de un segundo saneamiento, con el consiguiente perjuicio a los ganaderos, además del consiguiente coste económico tanto para la Administración (indemnizaciones por sacrificio, vacíos sanitarios, servicios veterinarios, etc.), como para las empresas ganaderas, que se ven obligadas a sacrificar en numerosas ocasiones animales positivos pero de alta calidad zootécnica y productiva.
Finalmente, debemos hacer un comentario sobre otro ejemplar de la fauna salvaje que castiga las explotaciones de ovino y que recientemente ha sido también objeto de una nota de APAG ASAJA. Se trata de la expansión de los meloncillos, especie carnívora no autóctona que produce daños irreparables en los corderos, uno de sus alimentos preferidos, junto con conejos, huevos, etc. En determinadas ocasiones, la disminución del número de corderos destetados por paridera alcanza a causa de estos depredadores valores importantes, por encima si cabe de las habituales bajas por cualquier otra incidencia de mortandad en las parideras.
Los ganaderos de extensivo somos los primeros defensores y conservadores del medio ambiente y de la fauna autóctona, conviviendo armoniosamente con ella desde hace siglos, pero la excesiva protección otorgada en los últimos años ha originado tal desequilibrio ecológico y medioambiental, que ahora estamos sufriendo consecuencias negativas para la sanidad y la producción animal, y que pueden llegar a ser irreversibles si no se pone remedio a tiempo. Ahora que las competencias de Medio Ambiente (caza) y Producción Agraria están reunidas en una misma Consejería en Extremadura, sería el momento de buscar cuanto antes soluciones inmediatas a estos problemas que padecen muchas explotaciones ganaderas.
