Directivo de APAG Extremadura ASAJA y presidente de Ganaderos del Reino, Enrique de Muslera es un claro conocedor de los entresijos de la ganadería extremeña y un amante de su trabajo. Más de media vida dedicada al campo, Enrique, experto en vacuno y ovino de carne extensivo de Extremadura, hace balance en la siguiente entrevista de dos problemas que están generando verdaderos estragos en las explotaciones ganaderas: la sequía y la tuberculosis.
-¿Cómo ha sido el verano en Extremadura en lo que se refiere a climatología y lluvias?
El verano, como todo el mundo ha observado, ha sido largo (mayo y octubre incluidos) y muy caluroso en cuanto a temperaturas, especialmente en los meses iniciales y, como es lógico y habitual, carente de lluvias, salvo algunas tormentas puntuales en ciertas comarcas.
-¿Ha sido una de las peores sequías de los últimos años?
Efectivamente, ha sido una de las peores sequías, pero no tanto por la baja pluviometría total de año agrícola sino por la carencia de agua en épocas clave para el campo, como el invierno y la primavera, después de un año anterior también escaso de agua en las mismas estaciones. Dos inviernos seguidos sin acumular agua en charcas, pozos, etc, son los responsables de la situación de sequía que ahora padecemos. En cualquier caso, estadísticamente encontramos siempre cada diez años uno o dos con sequía similar, aunque quizás desde el año agrícola 1994/95 no encontramos una sequía tan persistente como la actual y también la del año anterior, en la que además se han producido inviernos muy secos con escasos aportes de agua a charcas y pozos.
-Si hacemos un pequeño análisis de las consecuencias que por ahora ha provocado la falta de lluvias y las elevadas temperaturas en Extremadura, detectamos que los pastos, paja y forrajes están abrasados, lo que supone un grave problema a la hora de alimentar a los animales ¿En cuánto han aumentado los costes de los ganaderos para suplir la carencia de agua?
La alimentación complementaria del ganado extensivo comprende siempre entre un mínimo de tres meses al año con climatología muy favorable, hasta seis o más meses según las circunstancias. Suponiendo que una ración media diaria representa un coste alimenticio mínimo de 1,3 euros/UGM (sin contar los gastos añadidos), una situación de sequía larga puede duplicar o triplicar a los gastos de un año normal.
Según los últimos censos oficiales la suma de cabezas de la ganadería extensiva de vacuno, ovino y caprino asciende a 1,2 millones de UGM en Extremadura, por lo que el coste diario de esta alimentación complementaria podría valorarse en 1,56 millones de euros. En años favorables (100 días) el coste total sería de 156 millones de euros y en años muy secos (250 días), llegaríamos a 390 millones de euros, esto es, 234 millones de euros más de diferencia, solo en los costes de alimentación, sin contabilizar otros costes añadidos (mano de obra adicional, gasóleo, suministro de agua, etc.).
Recordemos, para relativizar estas cifras que la producción final de la ganadería extensiva extremeña, sin contar el porcino ibérico, fue de 566 millones de euros en 2016, por lo que la alimentación complementaria en un periodo extremo de sequía alcanzaría un coste de casi el 70% del valor de la facturación total.
-¿Se deberían realizar inversiones en infraestructuras para asegurar un mejor suministro de agua?
Evidentemente el abastecimiento de agua al ganado es prioritario, por delante incluso de la alimentación, similar a lo que ocurre en el género humano. Un animal puede mantenerse en un plano de alimentación medio o incluso relativamente bajo durante una temporada, pero nunca puede prescindir del agua todos los días.
-¿En qué momento se encuentra el ganado bovino con la tuberculosis?
Todavía no disponemos de los datos oficiales de 2017, si bien al parecer ha disminuido la prevalencia en el primer semestre del año, tanto en explotaciones como en animales. No obstante, continúa un goteo de animales diagnosticados positivos en bastantes explotaciones, con el consiguiente perjuicio económico por la inmovilización de la explotación. Seguimos pidiendo a la Administración una mayor flexibilidad en estos casos de algún animal positivo en función del censo de la explotación y de las circunstancias e historial de cada ganadería.
-¿Considera que el ganadero cuente con un seguro que garantice la supervivencia de su explotación dada las circunstancias?
El seguro de compensación por pérdida de pastos es la única arma de la que dispone el ganadero para compensar sus pérdidas en los periodos de sequía. Las modificaciones aplicadas recientemente a las condiciones de este seguro con varias modalidades, han facilitado sin duda su suscripción, aunque seguimos disconformes con las evaluaciones del “satélite”, que muchas veces están muy alejadas de la realidad.
-En algunas comunidades autónomas se baraja la posibilidad de financiar la colocación de puntos de agua para los ganaderos si la situación de sequía persiste; habilitar moratorias en los préstamos para inversiones en explotaciones agrarias, así como bonificar los intereses de los préstamos de liquidez que tengan concedidos agricultores y ganaderos con ayudas de mínimis. ¿Qué opinión le merece al respecto?
En el actual periodo de sequía apenas hemos contado con ayudas oficiales, tan solo dos líneas de préstamos subvencionados. Una de ellas por el MAPAMA para todos los sectores agrarios, aunque subvencionando solamente el coste de los avales de SAECA, y otra por la Junta de Extremadura a interés cero para determinadas explotaciones de frutales, tomate y viñedo afectados por daños climáticos; para todo el cereal de secano y para las explotaciones de vacuno afectadas por tuberculosis en 2016. Recientemente también se ha modificado el Decreto de Mejora y Modernización de Explotaciones para poder incluir en él como auxiliables las inversiones en abastecimiento de agua. Sin embargo, esta medida no soluciona en modo alguno el problema. La necesaria inclusión de estas inversiones en un plan de mejora, la lenta tramitación y cobro de estas ayudas y la exclusión de un considerable número de explotaciones que no reúnen la condición de prioritarias o de jóvenes agricultores hace inviable que esta medida sirva para la coyuntura actual, que exige otras ayudas rápidas y directas.
Lo mismo puede decirse de la próxima línea de créditos blandos a interés cero, anunciada por la Consejera de Agricultura en la reciente Feria de Trujillo. Solo serán beneficiarios los ATP y las explotaciones prioritarias, con lo que vuelven a dejar fuera de estos préstamos a una gran parte de los titulares de explotaciones ganaderas y agrícolas.
En definitiva, escasos apoyos económicos directos por parte de las Administraciones para este periodo de sequía. Solamente el incremento del adelanto del cobro de la PAC al 70% concedido por Bruselas a petición del Ministerio.