Después de una magnífica primavera, el año agrícola ha comenzado en octubre y noviembre con una pluviometría muy aceptable para el crecimiento de la hierba (incluso por encima de la media en algunas comarcas), aunque todavía muy escasa para el acopio de agua que se necesita en charcas y pozos que, si bien han recuperado algo de su aforo, todavía necesitarán de la lluvia del invierno para poder llenarse con vistas al futuro. Y es que van transcurridos varios años sin que “corran los arroyos”.
Buena prueba de ello es la escasa reserva hidráulica de los pantanos de la cuenca del Guadiana, con niveles muy alarmantes, tanto para el abastecimiento de agua a poblaciones, como para la próxima campaña de riegos que, como señala el artículo que figura al final de este Boletín, está seriamente amenazada para el próximo año.
También han contribuido a la buena otoñada las suaves temperaturas experimentadas en estos meses. En resumen, una combinación ideal de agua y temperatura, que además ha permitido realizar de forma muy cómoda las labores de siembra.
Desde el punto de vista ganadero conviene destacar en primer lugar que continúan los precios bajos en vacuno y porcino ibérico, ya que apenas se han recuperado desde el comienzo de la pandemia. La crisis del sector HORECA por la falta de consumo fuera de los hogares y la ausencia de celebraciones y también del turismo nacional y extranjero, son en gran parte la causa de esta falta de demanda, sobre todo de piezas nobles en vacuno y de jamones y lomos en porcino, y ello pese a que las exportaciones de terneros al norte de África y Medio Oriente han continuado en estos meses casi sin interrupción.
Por el contrario, el sector del ovino mantiene una estabilidad hasta ahora desconocida en el precio de los corderos, que continúan al mismo nivel desde comienzos de julio pasado y muy por encima de años anteriores, una vez superada la crisis de precios sufrida en la primavera al comienzo del COVID-19. Las exportaciones a los países árabes del Golfo y también al norte de África, han ayudado sin duda a esta positiva situación.
Otro aspecto a destacar es la subida vertiginosa en octubre de las materias primas para la fabricación de piensos, con subidas medias de más de 20 euros/tonelada (3,30 pesetas/kg) en cereales y hasta 50 euros/tonelada en la soja (8,32 pesetas/kg), tanto en el mercado nacional como internacional. Inmediatamente los fabricantes han trasladado a los piensos estas subidas, con el consiguiente perjuicio para nuestros costes de producción. Al parecer, estos incrementos se han detenido algo en noviembre, por lo que también el precio de venta de los piensos debería descender ahora en proporción similar. Veremos si es así.
En definitiva, buena otoñada para el ganado hasta ahora, aunque con una montanera desigual tirando a floja, y precios muy bajos en vacuno y porcino frente a una buena situación de los corderos, que mantienen el precio desde hace meses.
En cuanto a los piensos esperemos que se contengan las subidas y se reflejen en los precios las recientes pequeñas bajadas de cereales y materias proteicas.